Del TLCAN y el T-MEC al Nearshoring
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Este 1 de enero se marcaron 30 años desde que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, por sus siglas en inglés). En 2017 comenzó una renegociación que culminó con la creación del T-MEC en 2020, considerado por muchos como un NAFTA 2.0.
A medida que nos acercamos a las revisiones clave del T-MEC, que ocurren cada seis años, es pertinente evaluar las ventajas, beneficios, costos y limitaciones del tratado en esta nueva era de bloques económicos y reajuste de cadenas de suministro globales.
El TLCAN ha sido fundamental en fomentar el comercio y la integración de cadenas de suministro entre Estados Unidos, México y Canadá. No obstante, en México, los resultados han sido mixtos. Aunque el tratado se presentó como un catalizador para el desarrollo económico al estilo de Corea del Sur en el siglo XX, la realidad ha sido más compleja y menos favorable.
En tres décadas, México ha registrado avances significativos pero desiguales. La transformación a una economía desarrollada, como muchos esperaban, no se ha materializado, y la calidad de vida de muchos mexicanos no ha mejorado significativamente.
Según el FMI, México es la decimotercera economía mundial, habiendo retrocedido desde la posición once hace 30 años. La proporción del tamaño de la economía mexicana frente a la de EE. UU. es similar o incluso menor que hace tres décadas.
A pesar de los avances, México sigue enfrentando desafíos significativos en crecimiento económico. La promesa de que el TLCAN o el T-MEC por sí solos transformarían a México en una economía desarrollada ha quedado corta.
El nearshoring emerge ahora como una nueva esperanza para el desarrollo, pero es crucial considerar los factores que han limitado la eficacia del TLCAN-TMEC, ya que estos mismos podrían afectar también esta nueva oportunidad.
El crecimiento de México se ha visto frenado por una productividad que ha crecido menos del 1% anual en las últimas cuatro décadas. Problemas como un débil estado de derecho, un marco regulatorio poco incentivo a la innovación, la prevalencia del crimen organizado y una infraestructura energética deficiente plantean obstáculos importantes.
El riesgo de que el nearshoring sea otra oportunidad desaprovechada es real, especialmente cuando se suman desafíos como la escasez de mano de obra calificada y un sistema educativo deficiente. Además, la reversión de reformas estructurales importantes de la administración anterior representa un retroceso significativo, aunque estas reformas enfrentaban problemas de implementación y ejecución, al menos ofrecían un marco para mejorar la productividad y competitividad de México como destino de inversión.