Ken Salazar advierte: Elección de jueces en México podría poner en riesgo la democracia y lucha contra el crimen
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El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ha expresado su preocupación sobre la elección directa de jueces en México
La sombra de la incertidumbre se cierne sobre México, y Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en el país, ha lanzado una advertencia que resuena con fuerza. La propuesta de elección directa de jueces en México, lejos de fortalecer la justicia, podría ser el talón de Aquiles que comprometa la democracia y la lucha contra el crimen organizado.
En una conferencia de prensa que ha encendido el debate político, Salazar no titubeó al señalar que este proyecto de reforma judicial, discutido intensamente en la Cámara de Diputados, es un paso peligroso. Los trabajadores del Poder Judicial han paralizado sus labores, pero las alarmas van más allá de la protesta laboral. Según el diplomático estadounidense, la elección directa de jueces, promovida bajo la premisa de combatir la corrupción, podría acabar afectando precisamente aquello que promete proteger.
“No es solo la democracia la que está en riesgo”, afirmó Salazar con contundencia. “Es también la lucha contra los cárteles, que podrían encontrar una ventana de oportunidad en jueces inexpertos y vulnerables a las influencias del poder”. Con esta declaración, el embajador sugirió que la elección popular de jueces no solo debilitaría la capacidad del Poder Judicial para enfrentarse a actores malignos, sino que también despojaría a México de magistrados con la experiencia necesaria para resistir las presiones del crimen organizado.
El embajador no se quedó en palabras. Utilizando sus redes sociales, reiteró su postura con un mensaje dirigido tanto al gobierno mexicano como a la comunidad internacional: “La reforma judicial tal como está planteada abre la puerta a un sistema donde la justicia queda a merced de intereses políticos y criminales”.
La advertencia de Salazar llega en un momento crítico, donde México se enfrenta a decisiones que pueden redefinir el futuro de su sistema judicial y su lucha contra el crimen organizado. Lo que está en juego no es solo una reforma, sino la integridad de la democracia misma.