La Minería y Agricultura Dominan el Consumo de Agua en Sonora
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Sonora está en una encrucijada hídrica: con el 98.6% del estado enfrentando una severa “emergencia hídrica” y el 65% del país en sequía, la situación es crítica. Sin embargo, el ritmo de concesiones para el uso del agua no solo persiste, sino que aumenta, especialmente a favor de grandes industrias.
En marzo, México contaba con 528,535 permisos para la utilización del agua. Para finales de julio, esta cifra había escalado a 529,496, de acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua. Estos permisos están en manos de una variedad de sectores, pero el predominio es evidente en minería, embotelladoras, cerveceras y la agricultura, según la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
Sonora se destaca a nivel nacional como el estado que destina la mayor cantidad de agua a la minería. Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, encabeza la lista con la mayor asignación de agua: 102 millones 59 mil 654 metros cúbicos al año.
A continuación se encuentran Minera Peñasquito S.A de C.V en Zacatecas, con 47 millones 242 mil 681 m³ anuales, y Primero Empresa Minera S.A de C.V en Durango, con 33 millones 175 mil 253 m³ anuales. Estos datos subrayan la insaciable demanda de agua por parte del sector minero, que supera a cualquier otra actividad en términos de volumen.
Los Gigantes del Agua en Sonor
Además de Grupo México, otros importantes titulares de concesiones en Sonora incluyen:
- Viñedos 2000 SPR de RL, dedicado a la producción de uva de mesa.
- Minera Penmont S. de R.L de C.V, una mina de oro.
- Productora Veinticinco de Enero S.A de C.V, conocida por la producción de espárragos.
- Don Pez Tesia S.A de C.V, que se dedica a la acuicultura.
- Grupo Mulatos de Sonora S.A de C.V, otra mina de oro.
- Castor Fields SAPI de C.V, que se enfoca en la producción agrícola y de aceite.
- Agrocir S.A de C.V, conocida por sus hortalizas.
Desde 1992, la Ley de Aguas Nacionales ha permitido que las concesiones se multipliquen, pasando de 2,000 a más de 500,000 en tres décadas. Esta expansión refleja un sistema en el que la demanda supera la oferta y la sobreexplotación es una preocupación constante.
Luis Alán Navarro, investigador del Colegio de Sonora, indica que los estudios geohidrológicos trienales deberían guiar la concesión de nuevos permisos. Sin embargo, si una cuenca está en déficit, no deberían otorgarse nuevas concesiones. El problema radica en la existencia de trámites como transferencias y subdivisiones de permisos, que perpetúan la sobreexplotación.
Nicolás Pineda Pablos, también del Colegio de Sonora, critica la falta de supervisión por parte de la CONAGUA, que no cuenta con el personal suficiente para monitorear todas las concesiones. Esta falta de control permite que los titulares extraigan más agua de la permitida, afectando la recarga de acuíferos y exacerbando la crisis hídrica.
En conclusión, la crisis del agua en Sonora refleja una paradoja: mientras la necesidad de conservar el recurso es urgente, las concesiones siguen creciendo, especialmente en sectores con alta demanda como la minería y la agricultura. La falta de transparencia y supervisión en la gestión del agua continúa siendo un obstáculo significativo para abordar eficazmente la emergencia hídrica en México.